por Carlos Gimeno
Tras investigar varias recetas de tartar de salmón, de corte muy similar, he optado por la introducción de algunas variantes que le porporcionen un sabor más acentuado. Hay que decir que cada cual debe ajustar las proporciones de los ingredientes a sus gustos personales, subiendo o bajando cantidades en función de los matices que desea encontrar.
Ingredientes:
300 g. salmón descongelado
1 aguacate maduro
1 cebolleta (o ½ si es grande)
2 cucharadas de postre de alcaparras
pepinillos en vinagre o agridulces (opcional): misma cantidad que alcaparras
1 cucharada sopera de mostaza a la antigua
2 cucharadas postre de salsa de soja
2 cucharadas postre de salsa Worcestershire (salsa Perrins)
1 cucharada postre de Wasabi (opcional)
unas gotas de Tabasco
zumo de medio limón o lima
vinagre de Jerez
cebollino (para decorar)
3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
sal y pimienta negra recién molida (al gusto)
Preparación:
Habremos descongelado previamente el salmón, que debemos mantener congelado previamente al menos 48 horas, para evitar la posibilidad de Anisakis.
Picamos la cebolleta muy fina y la ponemos en un bol. Añadimos las alcaparras, los
pepinillos si los hemos puesto, y la mitad del cebollino, todo troceado. Mezclamos los ingredientes y añadimos la mostaza, la salsa Worcestershire, el Tabasco, la sal, la pimienta negra molida y un chorrito muy pequeño de vinagre de Jerez.
Pelamos y troceamos el aguacate en daditos de 0,5 a 1 cm, y los añadimos a la mezcla junto al zumo de medio limón o lima, para que no se nos haga oscuro.
Troceamos el salmón en trozos de más o menos 1 cm, pues es mejor que se noten que quede totalmente triturado. Los incorporamos a la mezcla y removemos hasta que se integre con el resto de ingredientes y quede impregnado del aderezo.
Servimos al instante, a fin de que el salmón no quede demasiado cocido en el ácido del limón, y decoramos con el resto del cebollino picadito.
ya me contarás....